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LUZ  EN  EL  SENDERO

Orden Rosacruz Kabalista

Revista para difusión de la sabiduría Esotérica Tradicional

 


AÑO: 7                                             DICIEMBRE 1.996                                                         No. 7

 


Personería Jurídica No. 0905 de Julio 5 de 1.989

Cali - Gobernación del Valle

Director:  Iván Darío Quintero  -  Apartado Aéreo 2656

Cali - Colombia

 

                                                           CONTENIDO

EL PELICANO  _____________________________________  Iván Darío Quintero

LA CONQUISTA DE LA INMORTALIDAD  _____________________ Israel Rojas

EL MAESTRO HABLO Y NOSOTROS ESCUCHAMOS  ________Krumm-Heller

INTRODUCCION AL ESTUDIO DE LA KABALAH  __________________   Zerión

MEDITACIÓN  ____________________________________________Arthur Powel
CRUZ RADIANTE  _______________________________________ Alfredo Moreno

ESOTERISMO ____________________________________________ Israel Rojas

APOLOGO DE LA PERFECCION  ______________________Luis López de Mesa

SUEÑO Y SALUD  _________________________________________ Max Heindel

LO QUE DEBE SER LA CONDUCTA EN LA VIDA  ________________ Paracelso

 

 


EL PELICANO

Zerión

El pelícano es uno de los principales símbolos de los Rosacruces y del grado diez y ocho de la Masonería.  Representa la consagración a la Gran Obra, es decir, el cultivo del centro espiritual del Cristo.  En el simbolismo masónico, es el emblema mas característico de la caridad, como también de la muerte y del renacimiento perpetuo de la naturaleza, ya que esta ave llega al máximum del sacrificio, perforando su pecho para abrir su corazón, permitiendo así que sus críos puedan nutrirse cuando están desfalleciendo de hambre y de sed.

Dice Manlly P. Hall:  “en el simbolismo masónico, la sangre del pelícano significa el Trabajo Secreto por medio del cual, el hombre es elevado de la esclavitud de la ignorancia a la condición de libertad conferida por la sabiduría.  Como el grado Rosacruz se basa en el simbolismo rosacruciano y hermético, el pelícano es una alegoría del recipiente en el cual los experimentos de la alquimia, se realizan y la sangre, es la misteriosa tintura, por medio de la cual los metales groseros son transmutados en oro espiritual.  Tanto la rosa como el pelícano significan la más alta expresión del amor humano y divino”.

Es un ave marina que debe sumergirse en las aguas para obtener su alimento y el de sus hijos.  Los polluelos, siete, representan los siete principales centros de energía o chakras, en relación con las glándulas endógenas:  pineal, pituitaria, tiroides, timo suprarrenales, páncreas y gónadas.

El océano es una alegoría de las aguas de la vida que nos recuerda el primer capítulo del Génesis donde dice:  “El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.  El agua es la base de toda vida, de toda transformación y de toda posibilidad de evolución; es un símbolo que debiera llevarnos a meditar acerca del milagro de la vida. 

Así como en el planeta fue necesaria la existencia del agua para la manifestación y la evolución de la vida, así también en el campo


espiritual —dice la ciencia esotérica—  “las aguas de la existencia” están representadas en la esfera germinal, en donde “duermen” todas las posibilidades que se encuentran latentes en el ser humano:  el cuerpo, la salud, la genialidad, la armonía espiritual, la educción de la sensibilidad y de la consciencia relativas.

El pelícano representa el aspecto crístico, es decir, la sensibilidad. Debe sumergirse en las alegóricas aguas, para obtener de ellas su nutrición y su poder, porque es allí donde radica la fuerza.  Solamente la espiritualidad, solamente el centro místico que está en relación con el corazón, puede dirigir a través de nuestro endoconsciente, el alimento o nutrición espiritual a cada uno de los centros de energía.

Por eso se dice que el Cristo se sacrifica para redimir al mundo; para redimirnos de nuestros vicios, errores y salvarnos de la esclavitud de la materia, como así lo expresara San Pablo en Gálatas 4, 19:  “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”.

De la esfera de las aguas surge radiante una cruz blanca; es la “Cruz blanca del Redentor”—como bien lo decía Eliphas Levi—.  La redención se obtiene cuando inteligentemente se trabaja en los simbólicos cuatro estados de la materia, representados por la cruz, cuya radiante blancura es la pureza, espiritualidad y sentido místico de aquél que transita conscientemente el camino del ennoblecimiento y del perfeccionamiento espiritual.

Esta cruz corresponde a la “cruz del calvario”, aquella con su base más larga que sus extremos.  La cruz no representa exclusivamente al cristianismo, pues según H. P. Blavatsky, “era ya conocida y utilizada para fines místicos, miles de años antes de nuestra era”.  Era un símbolo cósmico y fisiológico, que figuraba indispensablemente en varios rituales de Egipto, Grecia, Babilonia, India, China, México y Perú.  En Egipto, Horus aparece algunas veces con la cruz larga “latina”, al igual que con la cruz pastoral griega que también es egipcia.  La cruz del calvario tan común en el mundo cristiano, se encontró en el pecho de las momias.

Las letras simbólicas “INRI”, de la cruz del calvario relacionadas con la crucifixión, significan esotéricamente en latín:  Igne Natura Renovatur Integra, es decir que “la naturaleza toda, se renueva por la acción del


fuego”.  Profunda verdad, porque el calor en sus distintos grados de actividad, permite todas las funciones, físicas, químicas y biológicas, actuando en los cuatro estados de la materia:  sólidos, líquidos, gases y el radiante o ígneo.

Desde el punto de vista hebraico, la I es IAM (agua), N es NOUR (fuego), R es RUACH (aire) y la última I es IABEHAH (tierra).  Son los cuatro estados de la dualidad Materia-Energía, que permiten la constitución molecular y biológica y la actividad psico-anímica del Ego evolucionante, porque son cuatro los elementos biogenesicos absolutamente indispensables para toda vida: carbono, nitrógeno, oxígeno e hidrógeno.

La Rosa en el centro de la cruz, es el ideal místico de los Rosacruces.  Es el símbolo del alma, de la armonía y de la belleza interna que aspira a desarrollar día tras día el sincero estudiante de lo espiritual.

La rosa es una flor que cuando se cultiva y se cuida, es aromada, fragante, de gran belleza, de sutiles y delicados encantos, pero si crece silvestre, sin atención, es pequeña, sin aroma y pasa casi inadvertida.  Así es el alma.  El ser humano que se cultiva interiormente se torna magnético, atractivo y esplendoroso para todos aquellos que entran en contacto con él; pero quien no cultiva sensibilidad, bondad y armonía, sino emociones destructivas, mente racional, egotismo, odios y pasiones de toda índole, entonces su alma, su rosa espiritual se marchita, tornándose en un ser eléctrico y desagradable a quien todos le huyen.

Hacer florecer la rosa en el centro de la cruz, es seguir el sendero del amor fraternal y conscientivo.

El sendero de espinas en el que nos punzamos con nuestros actos negativos, es el sendero del dolor, que nos lleva a reflexionar cuando estamos transitando el sendero equivocado.

Amor y dolor, son exactamente las dos vías que propician el despertamiento espiritual de la humanidad.  El amor, hace posible la elevación anímica y el dolor como reacción a nuestros equivocados actos, nos lleva a meditar en que hay cosas de más trascendencia en la vida y en la naturaleza, que nuestro egoísmo.


En la cima de la cruz se encuentra una corona; es la consciencia que debemos actualizar día tras día con sabiduría e inteligencia, para conocer todos los misterios de la Vida.  De ella sale un compás, símbolo masónico, que representa la capacidad de la consciencia de incrementar los conocimientos y desarrollar mayor inteligencia y sabiduría; el cielo infinito es la Vida Universal, el Alma del Mundo.

De la consciencia humana normal debemos ir a la supra-consciencia, que nos pone en contacto con nuestro pasado y nos hace intuir proféticamente nuestro futuro; pero de la supra-consciencia debemos llegar algún día a la ultra-consciencia, consciencia Cósmica, que es el ideal de todo aquel que esté transitando un sendero espiritual.  Vincularse a la consciencia Cósmica es unirse a lo Dios, a lo Divino, para seguir perfeccionándose en tiempo y espacio.

 


“Con la doctrina de la reencarnación, ya no podemos decir: Qué culpa tengo yo de haber nacido en esta época.  Esta época tú ayudaste a prepararla en una existencia anterior.  Procura que el mundo de mañana sea mejor, más culto, más justo, porque tú has de volver por fuerza a el y cosecharás lo que hayas sembrado”.

Amado Nervo

 


Adopté la doctrina de la reencarnación a los 26 años.  La idea se me presentó después de leer un libro de Orlando Smith.  Hasta haberla descubierto, no me sentía satisfecho ni tranquilo.  Estaba sin brújula, por decirlo así.  Sin saber a donde iba.  Hoy sé que continuamos acumulando experiencia y creciendo.

Henry Ford

La Conquista de la Inmortalidad

Israel Rojas R.

La aspiración de todo esoterista es la conquista de la inmortalidad en la esfera de la consciencia, porque en la forma, todo lo que nace debe morir.

La Fraternidad Rosa Cruz, ha guardado a través de las edades, este sublime y solemne conocimiento para entregarlo gratuitamente a todas las almas sedientas de auténtica sabiduría.

Los Rosacruces avanzados logran, si no inmortalizar el cuerpo, al menos conservarlo sano y fuerte, prolongando un poco más allá del límite ordinario, la humana existencia.  Este aspecto, si no es primordial en la evolución, por lo menos tiene gran importancia, para aprovechar mejor cada existencia física y obtener más elevados estados de consciencia, ya que el mundo material es el mejor de los talleres donde el Ego tiene que trabajar con elementos más densos y por lo tanto tiene experiencia objetiva, perfectamente definida acerca del pro y del contra de las cosas, a medida que su trabajo conscientivo se hace más eficiente.

Sin embargo, lo más importante —como ya lo dijimos— es la obtención de la inmortalidad en el campo de la consciencia, pues esta es realmente la razón de ser de todo el proceso de la evolución, con la felicidad, la tragedia y el dolor relativo que ello encarna.

El ejercicio de la retrospección por medio del cual la consciencia recapitula las experiencias de la vida para convertirlas progresivamente en consciencia actualizada, es realmente lo básico, lo fundamental del desarrollo interno.  Podría decirse que el ejercicio de la retrospección, es el más importante de todos los que podemos recibir en las verdaderas Escuelas Iniciáticas.


En principio el estudiante que practica la retrospección, se satisface con recordar algunos de los más salientes hechos de la vida diaria, sin pormenorizar detalles y sin obtener de ellos toda la consciencia de las experiencias vividas cada día.  Esto quiere decir que en principio es muy inconsciente de los extraordinarios beneficios que reporta la retrospección pues es la forma de obtener la inmortalidad conscientiva.

En este ejercicio hecho debidamente, se deben revisar cada uno de los actos de la vida diaria antes de entregarse al sueño, no solamente observando con detenimiento los detalles, sino auscultando el ser psíquico para descubrir qué clase de emociones, sentimientos y pensamientos surgieron de cada experiencia.  Si el acto perjudicó a alguien, se debe tratar de compenetrar con la desagradable emoción que haya proporcionado a algún hermano en la humanidad, sintiendo verdaderamente, psíquico pesar por el mal hecho, para así, ir quemando la acción negativa, que consecuencialmente sufrirá más tarde, ya sea en la misma encarnación o en la vida post mortem o bien, reviviendo también la satisfacción de haber obrado noblemente, para aumentar así en su ser interno el poder del bien obrar.

La debida penetración conscientiva en cada una de las emociones, sentimientos y pensamientos de las diarias y circunstanciales vivencias, es de importancia fundamental en la progresiva conquista de la inmortalidad de la consciencia, tal como lo han entendido siempre los esoteristas de todas las edades.

Para comprobar aquello veamos lo que dice Pitágoras en sus  “Versos Dorados”:  A la hora del descanso, no a tus ojos concedas, hijo, el regalado sueño, sin antes ver lo que pasó en el día y cada cosa examinar atento.  ¿Donde estuve?  ¿Qué hice?  ¿Qué obra útil dejé sin acabar?  Y discurriendo de todo, de lo malo te arrepientas; ten dulce regocijo de lo bueno.”

Nunca nadie comprenderá exactamente la grandeza que encarna la práctica de la retrospección, mientras que por viva y personal experiencia no se convenza de ello.

El famoso conde Cagliostro en memorable reunión histórica con lo más prestante de la nobleza social de su época, demostró poseer conocimientos universales acerca de cosmografía, física, filosofía, medicina, religiones e idiomas y así, los que lo rodeaban muy sorprendidos, le preguntaron cómo era posible que un hombre pudiera abarcar tantos y variados aspectos del saber, a lo cual el conde contestó:  “No se alarmen ustedes, la cuestión es más sencilla de lo que parece; hace treinta vidas humanas que me hice inmortal en la consciencia y por lo tanto, recordando todo lo que estudié, aprendí y dominé en esa serie sucesiva de encarnaciones, es natural para mí saber todas las cosas que os han sorprendido y mucho más que sería largo demostrar”.

En la famosa obra oriental  “Bhagavad-Gita” o sea el Canto del Señor, aparecen dos personajes de singular importancia:  Krishna y Arjuna.  Krishna poseía una sabiduría incomparable, de tal manera que contestaba siempre con precisión cualquier pregunta que se le hacía y por ello Arjuna estando sorprendido, tanto de su personal ignorancia, como de la sabiduría de su instructor,  le preguntó a Krishna cómo podía suceder aquello.  El Maestro contestó:  “la razón es muy sencilla; usted apenas recuerda parte de las experiencias de esta encarnación, mientras yo recuerdo todas mis pasadas existencias”.

Quien se ejercita en actualizar consciencia de cada una de sus vivencias por medio del ejercicio retrospectivo, entonces el más trivial y leve detalle de la existencia, se convertirá en instrumento de consciencia y por tal razón, de la verdadera inmortalidad a que todo ser humano tiene derecho.

 


“El creyente nunca será sabio.   El sabio lo es, porque comprende.  La comprensión es penetración del sentido y de la realidad de las cosas; mientras que la creencia, es la aceptación de lo que no se sabe y por tal no se comprende”.

Raghozini

 


“Las creencias son enemigas más peligrosas de la verdad,  que las mismas mentiras”.

                                                              Nietzsche

 

EL   MAESTRO   HABLÓ...

Y   NOSOTROS   ESCUCHAMOS

EXORDIO

Krumm-Heller

No hables a todos de las cosas bellas y transcendentes...

En el decir bíblico, sería tanto como arrojar margaritas a los cerdos.

Pero...

En todos, sobre la copa de todos, dulce o amarga, de frivolidad o de ignorancia, escancia tu Vino y con el, el pétalo de rosa de ensueño...

Para los que padecen de eterna inquietud, de supremas ansias.  Para los que sienten la augusta zozobra que produce lo no realizado y viven esperando... esperando... el día luminoso que ha de venir... Para esos, será el bálsamo, el néctar, la magna palabra que abre todas las rutas y alumbra todos los senderos.

Para que los que no tienen hambre y sed de vida, para los frívolos. Para los que van con paso ligero por la senda y no advierten la floresta, ni el ave que canta, ni el dulce murmurar del arroyo, ni la vieja fuente grata de sonoro cristal —como dijo el Poeta...—  Para esos, no será el bálsamo, ni la magna obra, pero... si beben de este vino sagrado, más allá del tiempo, florecerá su sabor y llenaran su copa.

No hables a todos, sin embargo, de las cosas bellas y transcendentes...

Pero...

Haceos uno con el vínculo que integra este instante.

Abrid vuestra comprensión.

Alzad vuestras copas...

Cuidad que no se vierta ni una sola gota de este bálsamo de Vida.

 



INTRODUCCION AL ESTUDIO DE LA KABALAH

Zerión

La Vida Cósmica, que es la misma vida que anima tanto al más prodigioso de los soles como a la más leve brizna de hierba, es la gradación de la Energía Universal, con el fin de ir desde la omnisciencia sin evolución, hacia la auto-sensoconsciencia favorecida por la evolución en el eterno peregrinaje del Espíritu (lo Divino) a través de la forma.  Este peregrinaje del Espíritu, llamado en kábalah Elohim, ocurre a través de cuatro mundos o planos de manifestación conocidos como:  Atziluth, mundo Divino, Briah, mundo Arquetípico, Yetzirah, mundo de la formación o Angélico y Assiah, mundo material o de la forma.

El eterno devenir de los Elohim a través de estos cuatro mundos se inicia al ser emanados de la Causa Primera o Suprema Consciencia Universal en su propio plano de divinización llamado Ensoph, palabra  que significa, sin principio, con la cual se representa a la divinidad, conteniendo en sí misma la triple esencia de la manifestación:  Ain,  llamado la “no cosa”, por estar fuera del alcance de nuestra comprensión, como la esencia misma de la vida, como el polo positivo de la Energía Universal o VIDA.

Ain Soph, llamado “algo” como representando el polo receptivo o femenino de las energía del Ain, es decir la Vida; es la resistencia formal en el Universo, conocido por la ciencia como Polvo Cósmico.  Ain Soph Aur, significando, “ese algo en eterno movimiento”, que es manifestación de los dos primeros principios, es decir de la Vida y de su eterna resistencia, dando como resultado el Universo y la evolución.

Esta es la triuna actividad del Ensoph, el incognoscible para nuestra comprensión, pero la razón de ser de todo cuanto es, ha sido y será.

El punto de eclosión del Ensoph en cualquier sitio del Universo, es la formación de una Nebulosa.  Allí el Polvo Cósmico como recipiente de las energías de la Vida es reunido y presionado por el poder ígneo del Ain, dando como resultado un extraordinario y poderoso vórtice de energías que generan las más formidables e incalculables fuerzas de contracción y de expansión. Esta es la primera objetivación de las energías Cósmicas que al concretarse, dan origen a un Universo (uni-versus: uno en varios, varios en uno); es lo que las religiones sin saberlo llaman Dios, lo que los Masones llaman El Gran Arquitecto del Universo; pero que es tan solo la reflexión del eterno e infinito tiempo-espacio, como palabras que algo dicen a nuestra consciencia del Absoluto Ensoph.

La evolución y manifestación en estos cuatro mundos se realiza en diez etapas secuenciales llamadas los Diez Santos Sephiroth, como emanaciones sucesivas de la Vida Cósmica en acortezamiento gradual hasta concretarse en la forma.

Sephiroth es el plural de sephirah que significa serpiente, es decir la Vida Universal en movimiento ondulatorio, que es la manera como todo en la Naturaleza se desplaza:  el brote de las hojas y de las ramas en los vegetales, la cristalización del agua, el desplazamiento del rayo, etc.

Los nombres de los Diez Santos Sephiroth emanados del Ensoph, en su orden son:  Kether, Kjokmah, Binah, Kjesed, Gueburah, Thiphareth, Netzach, Hod, Yesod y Malkuth, que son los nombres de los distintos niveles de evolución de la Vida emanada por el Altísimo, hasta su ultérrima manifestación en Malkuth, el plano de la forma.

El estudio profundo de esta divina ciencia, nos llevará a comprender los misterios de la Vida.

 

 


“La Kábalah es plenitud de consciencia para todo el que siente de la Vida su esencia”

Zerión

 

 


Meditación

Arthur E. Powell

La concentración, como es natural, no es un fin en sí mismo, sino un medio para un fin.  La concentración convierte a la mente en un instrumento, que el dueño puede utilizar a voluntad.  Cuando una mente concentrada se dirige fijamente a cualquier objeto con el propósito de atravesar el velo, llegar a la vida y unificar esta vida con aquella a la cual la mente pertenece, se realiza la meditación.  Por lo tanto, concentración es el moldeamiento del órgano, meditación es el ejercicio del mismo.

Como hemos visto, concentración significa fijar firmemente la mente en un solo punto, sin vagar y sin ceder a distracción alguna causada por objetos externos, por la actividad de los sentidos o por la mente misma.  Esta se ha de sujetar con estabilidad y fijeza invariables, hasta que aprenda a retirar su atención del mundo externo y del cuerpo, para que los sentidos se mantengan tranquilos e inactivos mientras la mente está intensamente activa, con todas sus energías atraídas hacia el interior para concentrarlas en una sola idea, lo más elevada que se pueda alcanzar.  

Por lo tanto, cualquiera que sea capaz de “prestar atención”, pensar sobre algún tema por algún tiempo, sin permitir que la mente divague, está preparado para iniciar la meditación.  Podemos definir esta como atención sostenida de la mente concentrada, frente a un objeto de devoción, a un problema para cuya solución se necesita más luz; en efecto, frente a cualquier cosa de la cual queramos comprender y absorber la vida más que la forma.  Meditar es el arte de considerar una cuestión o estudiarla mentalmente, en sus diversos aspectos y relaciones.

Una vez que se pueda mantener así, con relativa facilidad, la mente está preparada para dar otro paso adelante y mediante un potente pero tranquilo esfuerzo de la voluntad, se puede proyectar más allá del pensamiento más elevado que pueda alcanzar mientras trabaja en el cerebro físico.  En este esfuerzo la conciencia se elevará y se unirá a lo superior, quedando libre del cuerpo.

Se dice también, que la meditación consiste en traer a la conciencia vigílica, es decir, a la mente en el estado normal de actividad, alguna realización de la superconsciencia, a fin de crear, por el poder de la inspiración, un canal por el cual afluya a la personalidad inferior la fuerza de algún principio divino o espiritual.  Es enfocar la mente y los sentimientos en un ideal y abrir las puertas de la conciencia inferior aprisionada a la influencia de tal ideal. 

“Meditación, -ha dicho H. P. Blavatsky- es el inexpresable anhelo interno por el infinito”.  San Alfonso María de Ligorio describe la meditación como:  “la bendita hornalla en que las almas se inflaman del amor divino”.

El ideal elegido puede ser abstracto tal como una virtud; puede ser la divinidad del hombre; puede estar personificado en un Maestro o en el Instructor Divino; pero en todos los casos es esencialmente un elevamiento del alma hacia su fuente divina; el deseo del ser individual de unificarse con el Ser Universal.  Lo que el alimento es para la vida física, es la meditación para la vida espiritual. 

El hombre que medita es siempre el más eficiente del mundo.  Lord Rosebery, hablando de Cromwell, lo describía como “místico práctico” y afirmaba que el místico práctico, es la fuerza más grande del mundo.  El intelecto concentrado, el poder de retirarse del tumulto exterior, significa energía, inmensamente incrementada para el trabajo, más estabilidad, más autodominio y más serenidad. 

El hombre que medita no malgasta el tiempo, no disipa energía ni pierde oportunidad.  Tal hombre rige los sucesos, porque dentro de él está el poder, del cual los sucesos son meras expresiones externas; participa de la vida divina y por lo tanto participa del poder divino.

Como se ha dicho antes, cuando la mente se mantiene fija en una imagen, al contemplarla el conocedor, obtiene de ella más conocimiento del objeto que si se le describiera verbalmente.  Gracias a la concentración, el cuadro toma forma en el cuerpo mental; el delineamiento derivado digamos, de una descripción verbal, se llena


más y más de detalles a medida que la consciencia penetra más íntimamente en las cosas descritas.

Todas las religiones recomiendan la meditación; la conveniencia de la misma ha sido reconocida por todas las escuelas de filosofía.  Así como el hombre que desea hacerse fuerte, practica los ejercicios prescritos para desarrollar sus músculos, así también el estudiante de esoterismo practica ejercicios determinados y prescritos para desarrollar sus cuerpos astral y mental.

Se conocen naturalmente muchas clases de meditación, lo mismo que hay hombres de muchas clases.  Es claro que un método de meditación no produce en todos, resultados igualmente buenos; cada uno ha de descubrir, por sí mismo, la clase de meditación más adecuada para él.

La meditación puede tener muchos fines, de los cuales los siguientes son los principales:

1. Hace que por lo menos una vez al día, el hombre piense en cosas elevadas y santas, dejando a un lado sus pensamientos acerca de las menudencias de la vida diaria y de las frivolidades y dificultades de la misma.

2. Acostumbra al hombre a pensar en tales cosas; de manera que después de un tiempo, forma el trasfondo de la vida cotidiana a la cual la mente vuelve con placer, cuando se ve libre de las exigencias de sus deberes.

3. Sirve como una especie de gimnasia astral y mental, para mantener en buena condición los cuerpos superiores y permitir que la vida divina fluya por ellos.  A tal objeto se ha de recordar que la “regularidad”, en la práctica de los ejercicios, es de primera importancia.

4. Se puede utilizar para formar y mejorar el carácter y adquirir diversas cualidades y virtudes.

5. Eleva la consciencia a esferas más elevadas, para abarcar cosas más elevadas y sutiles.  Mediante ella, el hombre puede elevarse a presencia de lo Divino.

6. Abre la naturaleza y evoca bendiciones de altas esferas.

7. Es el medio (aunque sólo el primer vacilante paso sobre el camino) por el cual se alcanza un desenvolvimiento más elevado y conocimiento más amplio; lleva al desarrollo de la clarividencia y con el tiempo, a la vida superior más allá del mundo físico.

La meditación es el método más fácil y más seguro para desarrollar la conciencia superior.  Es, indiscutiblemente posible en el curso del tiempo, para el hombre que medita sobre el Logos o el Maestro, elevarse primero a la esfera astral y luego a la esfera mental.  Es claro que nadie puede predecir cuánto tiempo tardará, pues ello depende enteramente del pasado del estudiante y de los esfuerzos que haga en el presente.

 


Filosofia taoista

 

“El sabio camina con pobres vestiduras, pero oculta en el pecho una joya preciosa.  Actúa pero no pide recompensa.  Y porque no la pide, siempre es recompensado”.

 “Cuando las cosas anheladas ya no se desean, llegan.  Cuando las cosas temidas no se temen, se alejan”.

“Los hombres necesitan la erudición, porque no poseen la verdadera sabiduría.  Necesitan la moralidad y los deberes, porque carecen de amor al prójimo”.

“El sabio taoísta comprende a los hombres y no los rechaza”. 

“No teme a la muerte.  Ni la busca ni la rehuye”. 

“Acepta toda eventualidad, como una dádiva”. 

“No combate a nadie.  No habla mal de ninguno de sus semejantes”. 

“Analiza el taoísta todos los actos realizados al finalizar el día.  Se recoge en su mundo interior y recibe la íntima iluminación”.

Lao-Tsé

Cruz Radiante

Alfredo Moreno

Cual fulgente sol de la mañana

se levanta radiante, esplendorosa,

mostrando abierto el cáliz de una rosa,

símbolo fiel de la consciencia humana.

 

Rosa de cuyos pétalos emana,

a manera de lluvia luminosa,

una fronda de efluvios que retoza...

sobre un lampo de nubes, oro y grana.

 

Así la Rosa-Cruz, sacra y divina,

quiso simbolizarnos su doctrina

con este jeroglífico sagrado,

 

y en pinceladas de estetismo ingente,

nos habla de la Vida Omnipresente,

del Verbo Luz, del Logos encarnado.

 

Cuánta grandeza en su doctrina santa,

cuánta luz en su aurora resplandece,

cuando a la vida interna se aparece,

este lábaro insigne que me encanta.

 

Dijérase que el alma se agiganta

si en los altares del amor se ofrece,

en holocausto a un mundo que perece,

con un grito de angustia en la garganta.

 

Quien con las facultades de un vidente

pueda mirar su cruz en el Oriente

y percibir su cántico insonoro...

 

puede considerar que está en la Senda,

y dar su corazón como una ofrenda,

ante la santa Rosa-Cruz de Oro.

 



Esoterismo

Israel Rojas R

El hombre marcha por el camino de la vida, sin saber si el paso que sigue se podrá dar con tanta seguridad como el que precede.

Marchar y marchar siempre, es ley de la naturaleza, pero el objetivo de tal marcha es casi siempre desconocido por aquel que camina la vía a veces dolorosa de la existencia.

El más santo y más sabio de todos los seres que en el mundo han existido, dijo:  “Buscad la Verdad y ella os hará libres”.

Pero,  ¿se podrá contar siquiera un ser humano por mil que esté interesado en la búsqueda de la verdad?  Con toda sinceridad podemos contestar negativamente; quizás el uno por diez mil de los hombres esté sinceramente interesado en su búsqueda.

En el momento actual, el hombre goza con que se le presente algo ilusorio que tenga suficiente fantasía para entretener la fuerza de la emoción, que es lo que hoy predomina en la raza.

Es mas interesante para el común de las gentes presenciar una corrida de toros que extasiarse en las melodías armoniosas de un concierto.

Estos hechos nos dejan ver que el grueso de la humanidad vive el mundo de la emoción, sin que le importen para nada las cosas trascendentales, es decir, de verdadera importancia en la cultura individual.

Fácilmente el hombre adora un ídolo, pero difícilmente es capaz de reflexionar siquiera una vez sobre la nula trascendencia de su culto pagano.

Este marchar entre sombras es muy propio del hombre que gusta más de la apariencia que de la realidad sustancial de los hechos.


Pero lo más grave del problema es que las apariencias son apariencias y por lo tanto, nunca serán realidades, como los ceros nunca serán valores intrínsecos.

Lo aparente es de hecho transitorio y lo transitorio, irreal.  Deja siempre en el corazón de aquél que lo toma por realidad el triste y doloroso vacío que experimenta el niño a la sombra de un juguete; se acerca a ella para poseerla y se halla ante el duro desengaño de la ilusión.  Como el niño en esta triste situación llora en su doloroso desconcierto, así el hombre que vive de las transitorias ilusiones tiene grandes y penosos desengaños.

El hombre que busca la verdad tiene que dejar de lado todo lo que al ser sometido a la experiencia, no produce el efecto ansiado, el realismo que de ello se esperaba.

En los últimos tiempos se está hablando mucho de esoterismo pero la humanidad seria, tiene desconfianza de ello, por la sencilla razón de que la falta de cultura en este sentido hace que se tome la sombra por la realidad, como se dice comúnmente.

Al amparo de la ignorancia, que en nuestro medio existe acerca de lo que realmente son las ciencias ocultas, una gran cantidad de charlatanes, espiriteros, cartománticos, palmistas, pseudo-astrólogos, pero más que todo audaces que especulan con la candidez de los crédulos, se han presentado como grandes esoteristas, poniendo naturalmente en ridículo lo que es esta ciencia oculta, en lo cual están fundamentados los más elevados conocimientos científicos transcendentales.

Ni los espiriteros, palmistas, cartománticos, pseudo-astrólogos, ni supuestos extáticos, saben absolutamente nada de lo que es el esoterismo real, es decir, el espíritu de las verdaderas ciencias naturales.

El esoterismo es el estudio de las fuerzas transcendentales de la Naturaleza que no están directamente al alcance de nuestros humanos sentidos, pero que se presentan claras y expresivas, a través de sus efectos.

El esoterismo, o mejor Ciencia Hermética, es el profundo conocimiento de la Vida en sus múltiples manifestaciones o maneras de ser.

El auténtico esoterista es ante todo un verdadero sacerdote oficiante en el Templo de la Naturaleza, que lleva en la mano izquierda la lámpara de Hermes, en la derecha el bastón de los patriarcas y cubre su espalda con el manto de Apolonio.

La lámpara de Hermes es la divina luz del corazón iluminado por la fuerza del Amor.  La capa de Apolonio, la Sabiduría que envuelve su consciencia y el bastón de los patriarcas, el poder que maneja, gracias a la concentración de la divina energía del Logos, orientada y canalizada por el poder de su omnipotente Voluntad.

El verdadero esoterista hace uso de su sabiduría y poder para ayudar a la sufriente humanidad a salir del caos de la ignorancia, llevándola a los hermosos valles de la Luz.

Moisés es el gran hierofante de las antiguas dispensaciones que como supremo Iniciado, conduce al pueblo escogido, es decir, al ser que desea ennoblecerse y superarse para vivir armoniosamente la vida, hacia la tierra de promisión, donde todo es paz y felicidad.

 


Serenidad

“Serenidad es calma...  Es paz interior...  Es ánimo perfecto...  Es la impavidez...  Es presencia de ánimo ante el peligro, el dolor, la pena, la turbación, la ira, la cólera, la soberbia...

Serenidad es el requisito indispensable a la reflexión; la serenidad da luz a la razón para proceder acertadamente;  la serenidad nos lleva a soportar los golpes de la vida aceptándolos;  la serenidad conduce a la tolerancia y por ende a la justicia.  En resumen, la serenidad nos lleva a aceptar las cosas que no podemos cambiar”.

 


Apólogo de la Perfección

Luis López de Mesa

Ante el espíritu del gran Marco Aurelio se presentaron una vez las sombras de Buda, de Jesús, de Aristóteles y de Miguel Angel para que dirimiese a su manera sabia y justa cuál de ellos había trazado derrotero mejor a la perfección humana.  Conocéis nuestras vidas —le dijeron— y la obra nuestra se dilata como una semilla fértil en el alma de las generaciones vivas:  Queréis decirnos  ¿cuál de los senderos que trazamos al espíritu humano lo enaltece más y más de cerca tocó la perfección ideal?

—Glorias de ese espíritu humano —contestóles el gran Marco Aurelio— cuatro sentimientos como cuatro columnas gigantescas integran la vida ideal del hombre:  la religión, la moral, la lógica y el arte, que justamente representáis vosotros.  El contestar vuestra pregunta sería resolver cuál de esos sentimientos es más noble y útil, y hasta dónde en el camino de su perfección llegó vuestra obra.  Vosotros confesasteis en el mundo y a vuestra sensatez es evidente todavía, que la perfección de vuestras obras distaba infinitamente aún de la perfección ideal que soñó la mente humana y en el apacible mundo donde estamos hoy ninguna tentación vanidosa os podría dar el que permanezcan aún insuperables.

Y los cuatro conductores del espíritu humano, tocados en lo íntimo de sus consciencias, exclamaron a un mismo tiempo:

—Es verdad que nos faltó mucho para alcanzar la perfección soñada. Pero cada uno de nosotros insiste en que su obra fue, como tú dices, más noble y útil al espíritu humano.

—Noble y útil ... —continuó Marco Aurelio—.  Oh Buda, si los hombres hubieran seguido el evangelio de meditación ascética y de castidad que recomendaste a Ananda, tu discípulo predilecto, a la segunda generación habrían desaparecido del haz de la tierra y donde se te alzan templos de prodigiosa magnificencia  ¡se pasearían las fieras del bosque!  Y si entendiste que tu evangelio no era para ser cumplido por todos los hombres, entonces no realizaste un ideal unívoco y la perfección nada tiene que ver con tu obra.


—Así es verdad —exclamaron los otros.

—Y tu obra, ¡oh Jesús!, tu anhelo de moral perfecta, entraña la renunciación de toda lucha y el vivir como los lirios de Galilea.  Tu evangelio ordenó a tus discípulos ir en el mundo sin afán por el día de mañana, sin provisión de alimento, ni vestidos, como las aves del campo.  Pues bien; si los hombres te hubiesen escuchado, todos los hombres, la industria y el arte habrían desaparecido también del haz de la tierra:  San Pedro y el Vaticano no te rendirían justo homenaje hoy.  Y si el reino de los humildes llegara,  ¿dónde quedarían la sabiduría y la riqueza, madres de la ciencia fecunda y del arte?  Y si todos no podían pertenecer al reino de los humildes, entonces no realizaste un ideal unívoco y la perfección nada tiene que ver con tu obra.

—Así es verdad —exclamaron todos.

—Y tú, ¡oh Aristóteles!, que pareces más cierto de tu obra, yo te pregunto:  ¿sin las efusiones del arte, ni la elación mística, ni la belleza moral, qué puede hacer el hombre con tus categorías?

—Y tú, prodigioso Miguel Angel, que pasaste por la vida idealizando los sueños más hermosos del corazón humano,  ¿no comprendiste acaso que bajo tu nivel otros disfrutan de más cerca las atracciones de Victoria Colonna y las uvas jugosas del Arno?

—Pero entonces —exclamaron los cuatro—  ¿dónde está la perfección, oh Marco Aurelio?

—La perfección... tiene que satisfacer todas las modalidades posibles.  Es, dentro de la naturaleza, armonía universal y es, dentro del espíritu adecuación con el destino que nos cupo en suerte.  Armonía y adecuación se subentienden mutuamente.  Vuestras cuatro virtudes en armónica tendencia dotarían a un hombre de la capacidad de entrever la perfección, mas no aún de realizarla.  Ella, como la unidad, es función de lo infinito; como la unidad, la aplicamos a cada cosa, pudiéndola aplicar a cada conjunto de cosas; y sólo debiéndola aplicar a la armonía de las infinitas relaciones.  De ahí que tomadas aisladamente sea sólo relativa, como la unidad, también.  Vosotras, sombras, que sois en la vida humana símbolos de hondas tendencias podríais enseñar a los hombres que la perfección suprema les es inasequible pero que de ella pueden participar adecuando su persona a sus destinos dentro de las relatividades del espacio y del tiempo.

 


SUEÑO Y SALUD

Max Heindel

El sueño no es un estado inactivo; si no existiera el restablecimiento causado por el sueño, no se produciría la menor diferencia en la sensación que experimentamos por la mañana.  La misma palabra “restablecimiento” implica una actividad.

Cuando es necesario restaurar un edificio, los inquilinos se van para poner fin al desgaste y las goteras.  Pero eso no es suficiente.  Deben venir los obreros a trabajar en la casa, para efectuar las reparaciones necesarias y solamente cuando el trabajo está terminado, el edificio se encuentra listo para que lo ocupen los inquilinos otra vez.

Lo mismo sucede con el templo del Espíritu, nuestro cuerpo denso, cuando ha quedado exhausto.  Entonces es necesario que el Ego, la mente y el cuerpo de deseos evacuen el lugar, dejando plena libertad al cuerpo vital, para que lo reponga; de ahí que se produce una separación, cuando el cuerpo denso se duerme.  El Ego y la mente, envueltos en el cuerpo de deseos se retiran del cuerpo vital y del denso, permaneciendo los dos cuerpos inferiores sobre el lecho, mientras los dos superiores flotan cerca del cuerpo que duerme.

Habiendo abandonado el Ego el cuerpo que duerme, entra en el océano de energía y armonía que se llama Mundo del Deseo.  Aquí vive de nuevo los incidentes del día, que se presentan en orden inverso, de las consecuencias a las causas, corrigiendo así las confusiones cotidianas y formando imágenes correctas para reemplazar las impresiones falsas que se forman debido a las limitaciones del cuerpo denso.  A medida que la armonía del Mundo del Deseo compenetra el cuerpo de deseos, los errores son reemplazados por la sabiduría y la verdad, recobrando entonces su ritmo y tono.  El tiempo requerido para restaurar el cuerpo de deseos es variable y depende de si durante el día su vida ha sido muy ilusoria, impulsiva y agotadora.

Sólo entonces, empieza el trabajo de restauración de los vehículos que quedaron sobre el lecho.  El restablecido cuerpo de deseos comienza a vivificar el cuerpo vital introduciendo energía rítmica en aquel y el cuerpo vital a su vez actúa sobre el cuerpo denso, eliminando los residuos ponzoñosos, con la ayuda del sistema nervioso simpático, como agente principal.  Así el cuerpo denso queda completamente restaurado y rebosante de vida, cuando el cuerpo de deseos, la mente y el Ego entran por la mañana y lo obligan a despertarse.


En la vida corriente, la mayoría de la gente vive para comer, beber, satisfacer su pasión sexual de la manera más desenfrenada y perder la cabeza a la más ligera provocación.  Aunque exteriormente esa gente pueda ser muy  “respetable”, están produciendo casi todo el día la mayor confusión en su organismo.  El período todo de sueño lo necesitan los cuerpos vital y de deseos para reparar los estragos producidos en el día, no quedando tiempo alguno para trabajar exteriormente en nada.

Pero conforme el individuo comienza a sentir las necesidades de la vida superior, a dominar la fuerza sexual, el carácter y a cultivar una disposición serena, se producen menos perturbaciones en sus vehículos durante las horas de vigilia; por consiguiente, se requiere menos tiempo para reparar los desgastes durante el sueño.  Entonces es posible abandonar el cuerpo denso durante largos períodos, en las horas dedicadas al sueño, pudiendo funcionar en los mundos internos con sus vehículos superiores.

Nos preguntamos si una persona puede ser influida durante el sueño natural, de la misma manera que puede serlo en el sueño hipnótico o si existe alguna diferencia.  Existe una gran diferencia efectivamente.  En el sueño natural, el Ego, envuelto por la mente y el cuerpo de deseos, se sale del cuerpo físico y generalmente flota sobre el cuerpo o por lo menos, permanece muy cerca de el, unido al mismo por el cordón plateado, mientras que el cuerpo vital y el denso descansan en el lecho.

Durante el sueño natural es posible influir sobre la persona, instilando en su cerebro los pensamientos e ideas que deseamos comunicarle.  Sin embargo, en éstos casos no podemos obligarla a hacer algo o aceptar otras ideas que no sean las que estén en armonía con sus propias tendencias.  Es imposible ordenarle que haga algo y obligarla a obedecer, como ocurre cuando el Ego ha sido expulsado del cuerpo por un hipnotizador, porque es el cerebro el que mueve los músculos y durante el sueño natural el cerebro está interpenetrado por el propio cuerpo vital, teniendo un perfecto dominio de sí mismo.

Durante el sueño hipnótico los pases del hipnotizador han expulsado el éter del cuerpo vital del cerebro hasta los hombros de la víctima, quedando colgado del cuello como un capuchón, de modo que el cerebro denso queda abierto al éter del cuerpo vital del hipnotizador que ha desplazado a su verdadero dueño.  Así pues, durante el sueño hipnótico la víctima no tiene libertad para elegir sus ideas o los movimientos que tenga que hacer con su cuerpo, pero durante el sueño ordinario conserva su libertad.

En realidad, el método de sugestión durante el sueño es algo que las madres encontrarán muy útil para tratar a sus hijos refractarios a otros métodos, porque si la madre se sienta al lado de la cama del niño, le toca la mano y le habla como si estuviera despierto, podrá infundir en él las ideas que desearía que tuviera cuando esté despierto y verá que en muchísimos casos, estas ideas arraigarán en su hijo muy fácilmente. 

Este sistema también es muy útil cuando se trata a una persona enferma o adicta a la bebida y si la madre y los enfermeros utilizan este método, verán que es posible infundir esperanza y hasta curar a los pacientes, ayudándolos a restablecerse o a recuperar el dominio de sí mismos mientras duermen.

 


LO  Q U E  D E B E  S E R LA CONDUCTA EN LA VIDA

Paracelso

Si por espacio de algunos meses se observan rigurosamente las prescripciones que a continuación se dan, se verá operar en la vida un cambio tan favorable, que jamás se abandonará.  Mas, hermano lector, para que obtengas el éxito deseado, precisa, eso sí, que adaptes tu vida a la estricta observancia de estas reglas.  Son sencillas y fáciles de seguir; pero hay que observarlas con perseverancia bien sostenida.  ¿No crees que la dicha bien vale algún esfuerzo?  Si no eres capaz de seguir estas reglas tan fáciles,  ¿con qué derecho pudieras quejarte de tus fracasos?  ¿Qué costaría hacer la prueba?  Son reglas enseñadas por la más antigua sabiduría y hay en ellas más trascendencia de lo que su sencillez te lleva a suponer.

1. Lo primero es mejorar la salud.  Para ello hay que respirar honda y rítmicamente, al aire libre, llenando bien los pulmones.  Beber diariamente, en pequeños sorbos, dos litros de agua, comer muchas frutas, masticar los alimentos del modo más perfecto posible, evitar el alcohol y las medicinas, a menos que estuvieres por alguna causa grave sometido a un tratamiento.  Bañarte diariamente, es un hábito que debes a tu propia dignidad.


2. Desterrar absolutamente de tu animo, por más motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio o tristeza.  Huir como de la peste, en toda ocasión de tratar con personas maldicientes, viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas o vulgares e inferiores por natural bajeza de entendimiento o por los tópicos sensualistas que forman la base de sus discursos y ocupaciones.  La observancia de esta regla es de importancia decisiva:  se trata de cambiar la espiritual contextura de tu alma.  Es el único medio de cambiar tu destino, pues este depende de nuestros actos y pensamientos.  El azar no existe.

3. Haz todo el bien posible.  Auxilia a todo desgraciado siempre que puedas, pero jamás tengas debilidades por ninguna persona.  Debes cuidar tus propias energías y huir de todo sentimentalismo.

4. Hay que olvidar toda ofensa; más aun:  esfuérzate por pensar bien de tu mayor enemigo.  Tu alma es un templo que no debe jamás ser profanado por el odio.

5. Debes recogerte todos los días en donde nadie pueda turbarte, siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con los ojos medio entornados y no pensar en nada.  Esto fortifica enérgicamente el cerebro, el espíritu y te pondrás en contacto con las buenas influencias.  En este estado de recogimiento y de silencio, suelen ocurrírsenos a veces luminosas ideas, susceptibles de cambiar toda una existencia.  Con el tiempo todos los problemas que se presenten serán resueltos victoriosamente por una voz interior que te guiará en tales instantes de silencio, a solas con tu consciencia.  Ese es el Daimón de que habla Sócrates.  Todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz interior.  Pero no te hablará así de pronto, tienes que prepararte por un tiempo; destruir las superpuestas capas de viejos hábitos, pensamientos y errores que pesan sobre tu espíritu, que es divino y perfecto en sí, pero impotente por lo imperfecto del vehículo que le ofreces hoy para manifestarse.  La carne es flaca.

6. Debes guardar absoluto silencio de todos tus asuntos personales.  Abstenerte , como si hubieras hecho juramento solemne, de referir a los demás, aun a tus más íntimos, todo cuanto pienses, oigas, sepas, aprendas o descubras.  Por un largo tiempo al menos, debes ser como casa tapiada o jardín sellado.  Es regla de suma importancia. 

7. Jamás temas a los hombres, ni te inspire sobresalto el día de mañana.  Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá bien.  Jamás te creas solo ni débil, porque hay detrás de ti ejércitos poderosos, que no concibes ni en sueños.  Si elevas tu espíritu, no habrá mal que pueda tocarte.  El único enemigo a quien debes temer es a ti mismo.  El miedo y desconfianza en el futuro son madre funesta de todos los fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre.  Si estudias atentamente a las personas de buena suerte, verás que intuitivamente, observan gran parte de las reglas que anteceden.  Muchas de las que allegan gran riqueza, muy cierto es que no son del todo buenas personas, en el sentido recto, pero poseen muchas de las virtudes que arriba se mencionan.  Por otra parte, la riqueza no es símbolo de dicha; puede ser uno de los factores que a ella conducen, para ejercer grandes nobles obras; pero la dicha más duradera sólo se consigue por otros caminos:  allí donde nunca impera el antiguo Satán de la leyenda, cuyo verdadero nombre es egotismo.  Jamás te quejes de nada.  Domina tus sentidos; huye tanto de la humildad como la vanidad, porque son funestas para el éxito.  La humildad te sustraerá fuerzas y la vanidad es tan nociva, que es como si dijéramos:  pecado mortal contra el Espíritu Santo.  Muchos llamados prohombres han sido despeñados de las más encumbradas cimas por la vanidad; a ella debieron su caída muchos de los grandes de la historia.

Ojalá sigas, lector hermano, estas pocas reglas para tu dicha y para tu bien.  ¡Que así sea!

“Sólo aquellos que siembran, saben escuchar la música que cantan las espigas a la hora de la siega”.

  axioma esotérico

 

 

 

 

 

 

“La armonía interior es el resultado de la concordancia  entre el sentir y el pensar”.

Raghozinii

 

 

 

 

 


PRECIOSOS LIBROS PARA SU

ENNOBLECIMIENTO Y SUPERACION

 

LA FRATERNIDAD DE LOS ANGELES

Y DE LOS HOMBRE --------------------------------------------- Geoffrey Hudson

NAVIDAD Y PASCUA EN LA TRADICION

INICIATICA ------------------------------------------------------------  O. M. Aïvanhov

ARMONIA Y SALUD -----------------------------------------------  O. M. Aïvanhov

LA LLAMA ------------------------------------------------------ Torkom Saraydarian

LOS CHAKRAS ----------------------------------------------------------- Leadbeater

LAS SIETE PARTES DEL HOMBRE ---------------------------- Annie Besant

ESTUDIO SOBRE LA CONSCIENCIA -------------------------- Annie Besant

LOGOS MANTRAM MAGIA ---------------------------------------- Krumm-Heller

LA CIENCIA DE LA SALUD --------------------------------Yogui Ramacharaka

CURESE COMIENDO Y BEBIENDO --------------------------     Israel Rojas

DIGNIFICACION FEMENINA -------------------------------------     Israel Rojas

EL SENTIDO IDEAL DE LA VIDA--------------------------------    Israel Rojas

DESPERTAD, HIJOS DE LA LUZ ---------------------- Dos Colaboradores

ADONAY (NOVELA) ------------------------------------------------- Jorge Adoum

EN ARMONIA CON EL INFINITO ------------------------------------ R. W. Trine

PRINCIPIOS OCULTOS DE SALUD

Y CURACION ------------------------------------------------------------- Max Heindel

HERMANO DE TERCER GRADO---------------------------------- Will L.Garver

CABALA MISTICA------------------------------------------------------- Dion Fortune

 

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